25 junio 2006

Un idioma, dos lenguas

Se supone que es el mismo idioma pero frecuentemente no se entiende. El argentino utiliza muchas palabras incomprensibles para el español recién llegado que se inicia en las relaciones sociales. Poco a poco se va aprendiendo a base de preguntar, escuchar y suponer, de vez en cuando el porteño te susurra una traducción rápida, sobretodo los primeros meses, al cabo de dos años ya casi nadie te traduce, suponen que ya las has aprendido y mas te vale.

El lunfardo es uno de los orígenes, este dialecto nació como una lengua en clave en los ambientes populares y carcelarios, formaba parte del vocabulario mestizo que fue mezclándose con el italiano, español, vocablos corrompidos de cualquier origen y pequeñas dosis de francés e inglés. Vocablos muy concretos ya son de uso común pero siempre dependiendo de lo refinado que sea o quiera mostrarse el porteño. La conocida palabra "quilombo" a veces es pronunciada al reves (vesre) "bolonqui" que es como retorcer el secreto de su significado o darle un matiz menos serio y esta, en la penumbra de la zona prohibida de los vocablo no finos.

Un ejemplo nada rebuscado sería este; un chico le comenta a su amigo:
- Che Boludo, el otro día me levante a esa mina. ¿Cual? dijo el otro y señalando un grupo de chicas que bailaban en la pista dijo: - Esa, la petisa de la pollera bordó, la que se hace la canchera. - Ah si!, dijo el amigo, es repiola pero es una cheta.

Boludo, sólo en este caso, puede ser tío, colega....Levanté es ligué, mina es tía, petisa es bajita, pollera es falda, bordó es granate, canchera puede ser enrollada, chula..., repiola es muy despierta o viva y cheta es pija y esta última, por cierto, es una muy mala palabra o palabrota aquí.

Los mejores momentos llegan con la conocida palabra coger que aquí es mantener relaciones sexuales completas, por decirlo de alguna manera. No puedes decir, como nos ocurrió un día al principio:

"...Ayer vimos como unos policías corrían detrás de unos ladrones en plena calle y al final los cogieron". Nos contestó el amigo: "... de la policía argentina se puede uno esperar cualquier cosa".

Se hace complicado evitar decir la palabra coger y sustituirla por tomar o agarrar. La suerte es que no pasa nada porque debido al acento saben que eres gallego, es decir, español.

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11 junio 2006

Tango


"Con un café con leche y una ensaimada
rematas esa noche de bacanal
y al volver a tu casa, de madrugada,
decís: "Yo soy un rana fenomenal"...

El tango se titula "Garufa", nació en Montevideo y es una de los más populares, es de los maestros Collazo, Soliño y Fontaina. La habíamos escuchado antes de llegar por primera vez a Argentina pero es aquí donde cobra una extraña dimensión pues nadie se imagina tan lejos de Mallorca a una ensaimada protagonista de una noche como esa, allá por los años 20. Y lo que es más increíble, hay argentinos que creen que el dulce mallorquín es otro invento argentino más.

Apasionados del tango de todo el mundo se acercan a Buenos Aires con la esperanza de aprender los primeros pasos o poder ver el mejor espectáculo -no-para-turistas-, pero donde realmente se huele de verdad la mas honda esencia del tango es en las milongas, lugares donde la gente común del barrio va a bailar y aprender. Con orquesta en vivo, aprendices, profesores y gente de todas las edades se juntan al son de 2x4 y dan salida a una emoción muy difícil de transmitir. La música de tango es ya demasiado intensa y elocuente.

El alma es el bandoneón y es el sonido de Argentina en el planeta. Se puede decir que es el otro himno nacional. Es un baile que llegó a estar prohibido y mal visto, repleto de amorales aventuras y de palabras de lunfardo (jerga del lugar) que sólo un argentino porteño puede descifrar. Son palabras y músicas nacidas bajo el brillo de las navajas, la melancolia, la infidelidad y el alcohol.

Una tarde escuchaba la radio mientras trabajaba, sonaba un tango y fue en aquel momento preciso cuando me encontraba oyendo el agudo y penetrante sonido del bandoneón que se mezclaba con el paso de las sirenas de policías y ambulancias cuando percibí, con escalofriante claridad, la poesía de vivir en Buenos Aires, donde lo peor y lo mejor de la vida se alternan constantemente en un acoso sin límites pero, sin embargo, es ese fluir incansable de contradicciones lo que convierte la experiencia de vivir aquí en fascinante para el foráneo.

En frente de casa hay una pastelería donde venden ensaimadas y el dueño, hijo de españoles, ya me ha advertido que no es lo mismo.

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04 junio 2006

Días patrioticos

A finales del 2003 nos convocaron para el acto de fin de curso en el colegio de nuestra hija. Casi recién llegados todo nos resultaba diferente pero no nos encontrábamos preparados para el impacto que estábamos a punto de recibir. Comenzó a sonar una música y todos los padres en pie empezaron a cantar lo que era inmediatamente evidente, el himno nacional argentino. Imposible después permanecer ajeno a esta pegadiza melodía pues se escucha con frecuencia.

Es una lástima que no podamos transmitir con fidelidad a los argentinos lo inaudito que resultaría ver a los padres de un colegio de nuestro país en pie cantando cualquiera de los himnos que se escuchan en España sin que nadie mirase de reojo al de al lado, y eso en el caso de que se animase a hacerlo. Siempre y cuando la música sonase.

El 25 de Mayo pasado se celebró como cada año el Día Patrio y las calles durante la semana se inundan de escarapelas y banderas, la mayoría de los taxis y algunos coches particulares las portan ondeando agarradas a la ventana y mucha gente se la pone en la solapa, hay puestos en las esquinas donde se venden y se cuelgan enseñas de algunos balcones.

No es el único día del año de orgullo argentino, hay que añadir unos cinco más a lo largo del año. El 25 de Mayo pasado el presidente Kirchner convocó frente a la Casa Rosada a unas 300.000 personas apoyando la extravagante trayectoria de decisiones políticas después de tres años de "poder en serio" y contundentes cifras macroeconómicas. Se empapó de cierta multitud en una espesa mezcla de argentinidad, peronismo, músicas nacionales, orgullo nacional, clientelismo y política pura.

Nos comentan mucho estos días que nos preparemos para ser testigos de lo que es la ciudad cuando juegue Argentina en Alemania, además las grandes marcas patrocinan anuncios de televisión animando a la selección y por descontado es el momento de vender pantallas planas de TV. Sin embargo el inefable Sr. Montoya, director de la agencia tributaria de la provincia, ha advertido que esta vez rastreara a evasores y morosos que compren las carísimas pantallas después de haberlo hecho con los propietarios de lujosos coches y con ruidosas amenazas ha conseguido niveles nunca vistos de necesaria recaudación para la amada patria.

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