27 agosto 2006

Pagar es fácil

Si hay alguien aquí que no haya pagado su factura no será porque no haya maneras de hacerlo. La muy razonable desconfianza hacia los bancos argentinos, la búsqueda del anonimato a los ojos del fisco y controlar bien lo que se paga, deben ser las causas para evitar en lo posible la domiciliación de recibos. Por estos motivos se ha creado una red de sistemas de pago de toda clase de facturas con el fin de que la gente pague sin excusas en efectivo y en caja.

La luz, el gas, el agua, la banda ancha, la televisión por cable, el teléfono, la cuota de la tarjeta de crédito y hasta algunos impuestos se pueden pagar en el supermercado justo después del manojo de acelgas o en muchas farmacias junto con el jarabe de la tos.

También existen oficinas especiales llamadas "Pago Fácil" creadas únicamente para recaudar esos pagos mensuales, pero hay que elegir bien el momento pues una mañana de la primera semana del mes la cola es eterna, sin embargo todos esperan pacientemente sin que parezca que el tiempo es importante. Las colas por estos lugares son todo un tema.

Por supuesto también se pueden pagar por teléfono, por Internet y lo insólito, debitándolo en la tarjeta de crédito cada mes. Por si fuera poco, las facilidades para pagar las cosas son innumerables. Los sábados una popular cadena de supermercados hace un descuento del 20% en todos los productos si se paga con tarjeta de debito y el viernes un 15% si se paga con la de crédito. Un dia a la semana casi siempre alguna marca de supermercados ofrece interesantes descuentos extras aparte de los productos en oferta.

La cantidad de ofertas, promociones y fidelizaciones de toda clase son abundantes y tentadoras. Por ejemplo, basta con estar suscrito cuatro días a la semana al diario "La Nación", para poder comer en muchos buenos restaurantes con un 25% de descuento, conseguir dos entradas de cine o teatro al precio de una, además de descuentos en comercios de toda índole. Se necesita solo buena memoria.

Por supuesto se puede pagar la compra de la farmacia o el súper en varias cuotas sin interés solo con decirlo a la hora de pagar. Y si un día se rompe la nevera, no hay problema, se puede ir y decir que la quieres pagar en doce veces con el único interés de venderla. Sin mas gastos. Solo se necesita cualquier tarjeta de credito emitida en el pais.

Hace unas semanas recibí una oferta para clientes del banco: una impresora-escáner-copiadora con un 10% de descuento a pagar en 24 cuotas sin interés. Llame por teléfono y a los tres días me la trajeron a casa. Cada mes 16,75 pesos, algo mas de 4 euros. Quien se puede resistir. Con una inflación anual esperada del 9-10% dentro dos años el que se reirá seré yo. Espero.

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06 agosto 2006

La televisión


Esta muy extendida por estos pagos la televisión por cable. La mayoría posee un contrato con alguna de las dos empresas de cable. Ofrecen mas de 80 canales incluidos las señales de aire del país. Casi no se ven antenas en los tejados de Buenos Aires pero si se ven autenticas telarañas desordenadas de cables cruzando calles y paredes.

Lo que primero llama mucho la atención es la increíble abundancia de programas de debate político. De a dos, o varios intervinientes siempre se habla de la candente, y nada aburrida, al menos para el español, actualidad política y económica argentina. Cualquier novedad es sometida al análisis al mas puro estilo argentino.

Es sumamente entretenido pues el verso, inteligencia y profundidad intelectual contrasta bestialmente con el escaso y triste debate político en las televisiones de España. Incluso en los horarios preciados se pueden escuchar noticieros y debates donde parece que el tiempo no importa pues dedican largos minutos a cualquier acontecimiento local. Lo que en España dura tres minutos aquí tarda un cuarto de hora en contarse. Analistas internacionales y políticos, además de economistas de todo pelaje desentrañan los recovecos y causas de los males que acechan la actual bonanza macroeconómica. Varios excelentes programas de investigación y denuncia se encargan de desvelar de manera descarnada la otra Argentina.

También se oyen muchos comentarios acerca de la autocensura de los medios con el poderoso gobierno que todo lo ve y hay que añadir denuncias acerca de una libertad de prensa manejada a través las influencias y de la publicidad institucional. Nada nuevo.

Aquí por supuesto han llegado los famosos que bailan, los niños talentosos, crueles debates rosa, humoristas variados, azafatas con poca ropa, cantantes amateurs, etc... Todavía por suerte, nadie de la calle cuenta sus penurias en la tele. Aun así, hay bastante preocupación por la calidad de la televisión.

La carrera por la audiencia incluye buenísimas y queridas series de ficción de producción local. Cada cadena lanza cada varios meses su nueva teleserie y todas deben competir también con un tal Marcelo Tinelli, un singular y poderoso presentador-empresario, encargado de poner en la parrilla televisiva la carne bien tierna para el "gran público".

Luego, para los canales nacionales parece que solo existe Buenos Aires. Para que salga algo ocurrido en otras provincias tiene que morir alguien de manera extraña o cosas parecidas. Cuando en España se discute el federalismo resulta desconcertante que en una republica federal se conserve intacta la esencia del centralismo. Es otra paradoja más.

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