26 noviembre 2006

Palabras argentinas

La primera palabra por la que tuve que preguntar el significado no es una palabra cualquiera, es todo un concepto que abarca buena parte de la cultura popular argentina. No creo que sea casual que fuese con ese vocablo nuestra inicial toma de contacto con la nueva lengua. Trucho es lo que no es genuino, autentico, original o real. Lo es un disco pirata, lo puede ser un abogado, un reloj, un comportamiento y hasta una escritura, aunque su ambivalente sentido se aplica con sutileza a las mas variadas formas de falsedad que abundan en las calles de la ciudad. Es de esas palabras que gusta pronunciar pues significan con poder, pues el que la escucha sabe de inmediato que ángulo darle. Leí a un pesimista pensador argentino explicar que Argentina era país era sin mas, un pais trucho.

Otras palabras que me gustan por el sentido poderoso que poseen son bancarse; aguantar, soportar, joderse..., zafar; salir airoso, librarse..., onda; es rollo, vibración, estilo o sensación pues uno puede llevar a una reunión muy mala onda pero vestido onda moderna, chanta o chantada; esta palabra desgraciadamente se pronuncia con frecuencia pues siempre hay uno cerca a punto de atacar, seria como decir fantasma pero en un sentido mas etéreo, por ejemplo el portero de nuestro edificio es un chanta, todo lo arregla hablando y sonriendo sin casi dejar hablar, ..."esta todo bien...", "que va a ser...","listo", mucha simpatía medio trucha y poco fondo. Muchas veces, cuando ellos acaban diciendo listo es que algo andará mal en un futuro no muy lejano.

Es muy gracioso que a las niñas pequeñas de forma cariñosa se les llame gordas a todas, lo sean o no. A nuestra hija le chocaba enormemente cuando llegamos que la llamasen gorda en el colegio cuando en casa le decíamos que estaba flaca. Pero no acaba ahí pues a uno le pueden llamar para dirigirse informalmente, flaco, loco, pibe, negro, gordo según el caso. Casi siempre después del consabido che. El canchero "oye tío" se transforma aquí en che boludo.

Canchero es enrollado, pero su significado interesante es cuando uno ha adquirido cierta pericia o experiencia en algo, nosotros por fin estamos recancheros con los colectivos que por muy arriesgado que sea siempre es mucho mas interesante y barato que hacerlo en taxi, sobretodo desde que me contaron que son una manga de estupendos embusteros. Manga es un montón, pandilla... y me recuerda al padre de mi cuñada argentina que no dejaba de repetir cada vez que pronunciabas la palabra Argentina, "...una manga de chorros", es decir ladrones.

Dos contradicciones que contrastan muchas veces con el verborrágico y piola argentino que aparenta saber de casi todo es la innumerable frecuencia con que suelta la expresión que se yo y ¿no es cierto? pero con tanta gracia, verso y soltura, que fascina. Piola es otra gran palabra y es muchas cosas: algo chulo, un tipo ágil y avispado, un lugar especialmente simpático...

Para acabar, que a nadie le pase como a mi amigo sevillano Manolo que un día de muy mala onda quiso insultar en castellano en plena esquina de Corrientes y Cerrito y ni bola, es decir, ni caso. Para hacerlo bien hay que mezclar a gusto las siguientes expresiones: madre o hermana, puto, concha, trompadas, cagar, de, te voy a, tú y pelotudo. Si no, uno corre el riesgo de hacerlo al pedo. Este último y polisémico palabra-concepto podría llenar otro cuarto de pagina, otro domingo.

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19 noviembre 2006

Los precios de las cosas

Una vez huidos con cierto éxito del timo de la estampita que para muchos pareció el euro creo que ya va siendo hora que después de ocho meses de colaboraciones se escriban unas prosaicas líneas acerca de los, ya famosos, precios de las cosas en Argentina, mas concretamente en Buenos Aires pues no deja de ser otro país.

La inflación anual en esta parte del cono sur ronda el diez por cien. Esa es la oficial, la de la voz popular la supera. Aun así, y con precios de hoy el mejor solomillo vale 7 € el kilo, comer fuera en un bonito y buen restaurante, 13 € por cabeza, un paquete de cigarrillos, 1€ y la carrera media del taxi este sobre el euro y medio. Esto con precios de noviembre de 2006, hace tres años nos pasábamos el día pellizcándonos para despertar de lo que parecía un sueño donde el dinero por fin servia para algo. Hace ya mucho que uno no hace el cambio de moneda pues a nadie le gusta que el bumerang le golpee en la cabeza. Obviamente para los sueldos argentinos es otra cosa sin embargo la oferta de ocio para todos los bolsillos creo que debe ser una de las lideres mundiales.

La palma del exceso se la llevan los alquileres de pisos pues con esto de que Buenos Aires enamora, se llena de guiris como nosotros con la palabra euro tatuada en la frente y allí están los argentinos sabia e inmejorablemente dispuestos a aprovechar la racha. Y lo intentan, vaya si lo hacen. Hay empresas que pagan fortunas de alquileres a sus ejecutivos solo porque les da igual cuando ese piso lo quiere alquilar un local, el precio es obviamente otro. Hay muchos otros casos donde el doble precio entra en juego, el resultado depende de tu acento y la urgencia.

Cuando las materias primas se han de importar, se pagan en dólares, si el producto es o incluye algo de fuera, es caro. Si el producto pertenece a la inefable industria argentina es muy probable que sea asequible, salvo la ropa que en tres años ha sufrido un incremento del 140%. ¿Por qué? no lo se. Si tenemos en cuenta la calidad, lo mas razonable es no pisar las boutiques porteñas, pues por el mismo precio en cualquier franquicia de Palma obtienes mayor calidad.

La perla viene ahora, ¿ Alguien se imagina a Zapatero reunido con el dueño de los grandes hipermercados pidiéndoles que no suban los precios?, ¿Y lo mismo con los colegios, los seguros médicos, los fabricantes de coches, los fruteros y los productores de carne? Pues ocurrió con el presidente de todos los argentinos (aqui aun se sobreentiende que incluye a las argentinas) y parece funcionar de momento aunque nadie sabe hasta cuando aguantara el parche. Mientras, a vivir. Argentina es así.

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05 noviembre 2006

Los cartoneros

Foto: Cortesia de Elena Calvache

Se los ve salir del tren al caer el sol. Hombres, mujeres y demasiadas veces con los hijos surcan las calles de todo Buenos Aires buscando en la basura todo lo que sea posible vender para su reciclaje. Por un kilo de cartón les pagan unos pesos y es lo que mas acaparan para una industria organizada que mueve mucho dinero y que tiene un tren especial para ellos. Son unos 40.000 y se ocupan de recordarnos que la crisis sigue para demasiados.

Todos los habitantes conviven con una realidad que hiere diariamente. La proliferación de la mendicidad desde la miserable debacle del 2001 es una de las contundentes señales que recuerdan a todos que aunque el país crezca al nueve por ciento durante cuatro años seguidos queda mucho por solucionar. No existe el día en que no se observe la imagen y por desgracia, por ello, colaborando en un incesante gota a gota al triste acostumbramiento.

Cada acera es un despojo de basura esparcida tras el paso de los cartoneros. No hay contenedores, las bolsas se amontonan a las puertas de los edificios y casas. Más tarde, los camiones de la limpieza hacen la segunda pasada y al amanecer, antes de que el día comience, los barrenderos de a pie limpian el rastro. Lo veo cada día desde nuestra ventana. No sirve de nada al consuelo saber que al menos reciclan deshechos. Se llevan los materiales recogidos empujando a pie carretas con ruedas inflables hasta los improvisados núcleos de recogida donde en camiones los trasladan a las afueras.

Añadir también que son demasiados los niños en la salida de los kioscos, panadería, supermercados y ventanillas del metro y trenes esperando una monedita del cambio. Impacta sobre todo al principio, pues piensas en lo insólito que seria en una ciudad española ver un niño mendigando sin que un policía le preguntara donde están sus padres y se lo llevase para contenerlo.
De vez en cuando ves a una señora que les compra una botella de leche. En un día de paseo por el barrio uno podría dar una monedita a cada uno que la reclama y volver a casa con el bolsillo vacio y con la duda de si es bueno o malo darles, con la duda de si esta organizado por mayores para otros fines, nunca nadie habla de eso. No se sabe, se supone, se elige ignorar...

Los gobiernos municipales y provinciales parecen no hacer nada pues en tres años nada ha cambiado en las calles salvo el sólido crecimiento del PIB que si se nota en los coches nuevos y en los titulares de los periódicos. Cuando hay elecciones si se acuerdan durante unos dias y por lo visto funciona, pues sigue...

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