26 mayo 2007

Las tres marías


Cuando uno viene a vivir a Argentina, o "La Argentina" como gustan en llamarla sus habitantes, debe saber que va a convivir con tres compañeras inseparables, compañeras estas, que iran de la mano allá donde uno quiera ir y hacer. Ellas son la provisionalidad, la improvisación y la impredicibilidad. Son las tres marías del país. Hay un vocablo muy argentino que podría englobar a todas, le llaman la desprolijidad, que es todo lo que no esta como debe hacerse, lo que no esta bien ordenado y acabado. A veces nos preguntan si no nos cansa tanta desprolijidad.

La primera, la provisionalidad, hay que mirarla con cariño y aprecio de hermana pues de lo contrario uno puede volverse literalmente loco. Se percibe con claridad en las mas elementales ámbitos: paginas Web, tiendas, números de teléfono, revistas, la industria argentina, normas gubernamentales y un largísimo etcétera de negocios que aparecen y desaparecen mágicamente. Nunca uno sabe hasta cuando funcionara algo. Es divertido pues uno sabe que lo malo no tiene porque ser para siempre, siempre queda la ilusión pues siempre de sopetón hay algo que funciona mejor . Es como la meteorología porteña, sabes que de repente puede mejorar sin previo aviso. Como es obvio, esta compañera no es apta para gente pesimista.

La improvisación es genial. Te quedas anonadado muchas veces de lo genios que son improvisando cualquier cosa. Mas de una vez pensé; en Mallorca hubiésemos estado discutiendo y postergando conversaciones en interminables charlas acabadas en "xarrem" y aquí te ves de repente inmerso en un proyecto laboral serio sin casi discusiones, cuando todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, se hace y se corrige sobre la marcha que para eso están las cosas, para ser mejoradas. Ortega les decía " Argentinos! a las cosas" para recriminarles su manera de voltear la cuestión esencial divagando y huyendo en lo formal y superfluo. Lo que yo le digo a Ortega es que con frecuencia pasmosa te hacen esas cosas en un pis pas. Es una de esas innumerables y asombrosas contradicciones que hacen cada vez mas pertinente el "atroz encanto de ser argentino", tal y como titula un libro de Marcos Aguinis de reciente aparición. Otro mas que piensa que si no lo escribe, no le creen.

La impredicibilidad es el demonio. No tiene lado bueno. Cada vez que habla un empresario local o extranjero, esa es la primera palabra que escupe como veneno. Al gobierno actual parece importarle un comino, el va haciendo lo que cree cuando cree, poniendo paños calientes ahora aquí, ahora allá. Samuelson, el economista, decía que había cinco clases de países, los capitalistas, los de la órbita socialista, los del tercer mundo, Japón y Argentina. Estos últimos deben ser estudiados aparte, casi con cátedra exclusiva. Y es así, nada se desenvuelve como marcan los libros y aún así deja a uno perplejo la inmensa cantidad de gente que sigue apostando por la nación hasta con las banderas en la solapa. No es raro, de todos modos pues este es un gran país y hasta el que lo odia, lo quiere. Es la gran paradoja argentina la que atrae como la miel a las moscas.

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20 mayo 2007

Saludos

Al principio algunas personas cuando llamaban por teléfono no preguntaban: ¿Qué haces? y uno ni corto ni perezoso le contaba por teléfono a la persona lo que estaba haciendo en esos momentos si era confesable, claro. Ahora se parten de la risa cuando descubrimos el malentendido pues solo era un ¿Qué tal, como va?, y nosotros allí al otro lado del hilo contando nuestra vida...También es verdad que escuchaban curiosos las variadas respuestas pues jamás nos dijeron: "No, solo quería saber como estaban?.

Eso era hace mucho, lo que si continua es el difícil aprendizaje de saber cuando uno va ser besado por otro hombre o hacerlo uno mismo. Requiere tiempo y mucha observación saber como saludar a un porteño pues depende de muchos parámetros; la edad, clase social, tipo de encuentro y empatía del mismo, pero se puede decir que sin darse cuenta uno acaba besando otros hombres en una moda, dicen, algo reciente. Si uno esta de turista y quiere exotismos lejanos al frío norte, que vaya a comer al bodegón "Los Amigos", allí los tipos que lo regentan se despiden de los clientes con un choque de mejillas como de hermano. Digo hermano pues fue realmente extraño volver a España las primeras Navidades y haber besado a un montón de argentinos cuando antes con los hermanos e íntimos nos decíamos hola y punto.

Lo que sería una pesadilla para un palmesano es la cantidad de besos que puede uno dar al cabo de día a mujeres y hombres si tuviese una vida social normal, que acá es mucha. Si vamos a un cumpleaños de niñas y están todas las madres, viene la sesión de besos en batería. tanto a la llegada como a la despedida. En toda la Argentina levantar las cejas no saben que significa.

Eso si, con las mujeres, un solo beso y aunque es más cómodo cada vez que viene alguien de España se repite como una liturgia la confusión, nunca sabes si darle dos o uno, si decirle con besos "Bienvenida la país de un solo beso" o no hacerla sentirse extraña abandonado el gesto a medio camino.

Para no sentirse demasiado frío y mallorquín hay también que aprender y luego, tomarlo como una sana costumbre, saber entender el protocolo del saludo previo a establecer la comunicación, muchas veces no bastan los buenos días, se le pregunta (o te preguntan) ¿Como andas? bien ¿y vos? bien por suerte. Es entonces cuando ya se puede ir al grano, muchas veces con rodeos y eufemismos pero al meollo, en el que si uno no tiene experiencia puede no saber finalmente si todos entendieron lo mismo visto desde la mirada extranjera. Esta repleta de códigos muy, muy locales.

El Día de la Madre, que es en Octubre, hace casi cuatro años, en un asado nocturno, mi mujer fue felicitada repentinamente al pasar las doce por los presentes manera tan efusiva como incomprensible para un recién aterrizado. Hasta por teléfono te felicitan si es tu día. Y hay bastantes, están el de la secretaria, el amigo, la primavera, del niño y varios mas. Esa misma noche había en el asado un señor que por lo que hablaba, trataba con los grandes capos de las empresas españolas que invierten en Argentina con cierta desazón. Le pregunté que echaba en falta y era eso, la ausencia de un espacio de amistad previo a la negociación. Pensé, debe ser importante para ellos. Lo es y lo agradeces.

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13 mayo 2007

Cuatro ejemplos

Lo que voy a contar son simples ejemplos de acontecimientos cotidianos, de esos que cada semana se los puede topar uno delante y que bien pensado, para un mallorquín, son genuinos ejemplos de las antípodas culturales que son Buenos Aires y sus gentes.

Cuando un tipo decide que todo el mundo ha de ser testigo de su amor, decide colgar de lado a lado de la calle una pancarta pintada con muchos colores en la que se lee: " Teresa, te quiero", como la que permanece ahora colgada en la esquina de las calles Juncal y Uruguay. Puede ser también un "Feliz cumpleaños", un adiós a alguien que emigra o un ruego para que no se vaya. Los llaman "pasacalles" y forman parte del paisaje porteño. No me puedo imaginar lo mismo en la calle Bonaire. No.

Ir al cine a ver una película rumana subtitulada premiada como " Bucarest 12:08" puede ser algo raro en Palma, pero si además añadimos que el público de la sala esta lleno de pijos de verdad y de más que madura edad del barrio bien por decreto, ya alcanza sin problemas el calificativo de insólito. Y es que los mayores de clase muy bien acomodada, no se pierden una peli importada buena ni por error y si es francesa, entonces ya es lo más. El circuito comercial lo sabe y las importa a granel pues llena las salas durante varias semanas.

Seis chicos de unos veinte años charlando alrededor de una pizza con salami hablan de "Gran Hermano" que estos días causan furor pues se acerca la final. Nada extraño hasta que les escuchas atento, espiando conversaciones ajenas, se lo pasan bomba mezclando el mito de la caverna platónico, psicología social y analizando impactos mediáticos de ese porte. Otro día mientras caminas, una pareja que sale del cine no puede esperar a una análisis intenso y urgente de la película y en el autobús chicas estudian entre bamboleos y frenazos el parcial de turno. Impresiona por doquier estar rodeado de estudio, conocimiento, inquietud y curiosidad, se palpa en el ambiente la necesidad de formarse y entender. Si hay argentinos vagos, no son estos y son muchos.

Por último, las colas. La paciencia del porteño esperando que le toque turno roza lo incomprensible. A principios de mes los jubilados hacen colas para cobrar su pensión en un banco, colas de cuatro cuadras para comprar una entrada para ver a Boca, para ver a Jorge Drexler o a los chicos de High School Musical, colas en plena calle para una oferta de empleo, colas en las paradas de autobús, colas y más colas resignadas para hacer cola. La necesidad de hacer muchas cosas es grande y les da igual, están y estamos acostumbrados pues en los bancos, tramites administrativos y otros muchos lugares, la espera es larga y por todo hay que sacar numero. A veces no se donde muchos, sacan el tiempo para trabajar doce horas diarias, tener un plan para casi todos los días, ir de un lado a otro de la ciudad y además, las colas. Obviamente hay bastantes más ejemplos que contar...

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06 mayo 2007

Los countries


Hay otra forma de vivir Buenos Aires que nada tiene que ver con la ciudad. No hay mas que tener un coche y ganas de trasladarse de un lado a otro con el. Están al menos a media hora del meollo de la metrópoli y son un remanso de silencio y naturaleza. Los hay muy exclusivos y los que no tanto, de hecho, la primera que vez que vimos uno de esos elegantes barrios nos quedamos asombrados, pues es como un mundo aparte donde todo es controlado, desde el silencio, los visitantes pasando por los nuevos socios y los antecedentes de los jardineros.

En ese country llamado Abril, araucarias, olmos y otros majestuosos árboles sembrados hace muchos años decoran los alrededores de chales de estilos variados que podrán gustar o no gustar pero son armoniosos, estilizados y coherentes. Cuando digo chales, no son de medio pelo, son como las normales de Son Vida o mejores pero multiplicadas como si hubieran caído del cielo. Hay sitio y buen gusto para todos. En los jardines de cada casa se puede jugar un partidito de fútbol y como no hay problemas de agua, el verde es intenso y exuberante. La herramienta clave es la podadora. Siempre todo pulcramente cortado por una de las maquinas mas importantes de la Argentina. Hasta los arcenes de todas las carreteras del país se les corta la hierba cada tanto y queda muy prolijo, como se dice por aquí lo que esta bien acabado. Por cierto, se puede visitar uno de esos barrios y encontrase 18 hoyos incluidos en el recinto, cuando no un campo de rugby, pistas de tenis, un colegio, lagos etc. Si ya al turista mallorquín de visita le alucina la categoría de muchos barrios y edificios de Buenos Aires, le sonrojaría observar que solo en uno de esos barrios selectos hay mas bellas casas que en toda la Bonanova y Son Vida juntas, sin exagerar y generalizando claro, algunos porteños han sabido absorber lo mejorcito del buen gusto que ven o ha visto en Europa.

Los barrios cerrados se distinguen de los countries porque no poseen clubhouse, piscina y lugares de ocio comunes. Lo que tienen en común es la verja que separa ese mundo del real pues demasiadas veces lo que lo rodea es un asentamiento precario de gente muy humilde. Hay que decirlo; una de las cualidades de un buen country es que no este lejos de la autopista y no se vea demasiada pobreza en el camino. La obsesión que ha hecho florecer este tipo de urbanizaciones es la de la seguridad pues miran los maleteros de todos los visitantes y revisan el bolso de las empleadas de servicio, siempre a cargo de una empresa de seguridad privada. Uno de los libros mas vendidos aquí ha sido una novela que narra como en un barrio cerrado protegido a cal y canto de extramuros, suceden muertes y tragedias nacidas de la corrupción moral de sus habitantes mejor vistos.

Seguramente gente que se paso la vida criticando la aislada vida de country donde los niños se crían sin saber lo que es un semáforo, ahora los disfrutan rendidos y en paz a la evidencia del hartazgo del ruido y horror del trafico allá en el centro.

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